Dia 15 – Agua que Salta para Vida – #33dC21DiasDeAyunoYOracion

#33dC21DiasDeAyunoYOracion
Día 15
Lunes, 25 de enero de 2016
Agua que Salta para Vida
Por: Joann Vázquez
“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” (Juan 7:37-38)
En algún momento de nuestra vida todos hemos escuchado acerca de esta sustancia, compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Los seres vivos la necesitamos. Tres cuartas partes (¾) de nuestro cuerpo está compuesto por ella. ¡El agua! Una materia que tanto necesitamos y utilizamos en los diversos escenarios de vida; limpieza, higiene, cocina, alimento, agricultura…e inclusive, nuestra propia vida depende del agua. ¿Recuerdas el tiempo de racionamiento de agua que ocurrió en Puerto Rico? De alguna forma u otra, fue un proceso incómodo para nosotros. Nos costó adaptarnos al menos uso del agua y a tener que almacenarla constantemente para las diversas utilidades. La realidad es que esta sustancia es indispensable para nuestra existencia.
¿Alguna vez te has enfermado hasta que tu cuerpo ha llegado a la deshidratación? Recuerdo que fue una de las experiencias más desagradables de mi vida. Luego de pasar la noche y madrugada con fiebre alta, debido a una bacteria en mi cuerpo, me levanté de mi cama; y no esperaba que luego de dar algunos pasos, mi vista se nublara por completo, comenzara a “sudar frío”, tener escalofríos y sentir que me desmayaba ¡y estaba sola en mi casa! Fue un momento desesperante y llegué a pensar que iba a morir. Todo, porque el cuerpo no estaba debidamente hidratado.
“Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.” (Juan 4:14)
Nuestro espíritu depende de la fuente que Jesús abrió para nosotros en la Cruz. Sin esta agua, que ofrece vida eterna, nuestra alma y nuestra vida se deshidratan. Pero si bebemos de Su agua, tenemos Vida. Si nos enfermamos, y nos debilitamos espiritualmente, es porque buscamos llenarnos de otras aguas, con las cisternas equivocadas. “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.” (Jeremías 2:13) ¿Y cómo logramos obtener el agua que el Señor nos ofrece?, ¿Cómo logramos ser completamente saciados?, ¡Cree y confía en Él! “… El que cree en mí, como dice la Escritura, (Juan 7:38)
Creer en Jesucristo, en Su sacrificio en la Cruz y confiar en Sus promesas para nosotros, provoca una temporada de limpieza y renuevo. Los ríos de agua viva son abiertos para nosotros y todo lo que se ha endurecido en nuestro corazón, se sensibiliza con Su abrazo de Perdón y Gracia. Él nos restaura, Él nos hace nuevos. Su agua significa perdón, limpieza, provisión y renuevo. “Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.” (Ezequiel 36:25-27)
Su agua es Su presencia en nuestra vida. Cuando somos renovados por La Fuente de agua viva, comenzamos a dar frutos de la pureza que Su agua y nuestra cercanía a Su presencia, trae a nuestro corazón. Somos fortalecidos, somos fructíferos. ¿Es posible que alguna planta o algún árbol crezca, sea vea frondoso y produzca frutos de manera efectiva sin la existencia del agua? De la misma manera necesitamos nosotros estar cerca de Cristo, porque quien le cree y está cerca de Él… “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.” (Salmos 1:3) ¿Y cuál es ese fruto? “… amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza…” (Gálatas 5:22-23)
La Fuente de Agua que Dios nos brinda por Su gracia y por Su amor, cambia la condición de nuestro corazón y de nuestra vida entera. Permitamos que el renuevo de Sus corrientes de agua viva, sacie toda sed de nuestro espíritu, limpie nuestra alma y nos fortalezca. “Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.” (Apocalipsis 21:6)
Motivos de Oración para este Tiempo de Renuevo:
- Que podamos creer y confiar plenamente en Él.
- Que permitamos que Sus aguas ablanden nuestro endurecido corazón, nos limpie, nos renueve, nos fortalezca.
- Que tengamos sed de Su presencia y que podamos vivir plantados junto a Sus corrientes, y no recibamos agua de otras fuentes, cisternas rotas.
- Que se note que estamos plantados cerca de Él y podamos dar buen fruto.
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