Dia 18 – Arando la tierra de nuestro corazon – #33dC21DiasDeAyunoYOracion
#33dC21DiasDeAyunoYOracion
Día 18
Jueves, 28 de enero del 2016
Arando la tierra de nuestro corazón
Por: Lucy Esquilín
“Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; arad para vosotros barbecho; porque es tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.” (Oseas 10:12)
Hay algunos estados o procesos que son necesarios para poder vivir llenos de la Plenitud de Dios. Uno de estos, el “arar” la tierra de nuestro corazón.
Leía que, en competencias de ganado, se ha encontrado en ocasiones que los dueños de estos animales campeones han hecho trampa, inyectándole aire debajo de la piel. Y muchas veces, en nuestra vida como cristianos, vamos como en “automático”, como por “control remoto”; trabajando para el Señor, sí, pero sin llenarnos constantemente de la Fuente que es Cristo, utilizando a veces hasta sustitutos de Su Presencia. Nos mantenemos trabajando en nuestros ministerios, pero descuidando todo lo que implica el mantenernos en buena salud espiritual. Nos mantenemos “dando frutos”, pero sin acondicionar nuestro terreno regularmente.
1. En este tiempo de renuevo es necesario discernir la condición de nuestro corazón y permitir que éste sea arado, limpiado
Barbecho es un sistema de cultivo, basado en la limpieza y el reposo de labor de la tierra, para que recupere su fertilidad. Primero se limpia ésta, quitándole las hierbas, espinos, y malezas; entonces se labra, disponiéndola para que esté lista para la siembra. Se deja que el terreno respire, se regenere y consiga los nutrientes y grado de humedad necesarios; así la productividad del huerto se asegura para los años venideros. ¿Sabes cómo está la tierra de tu corazón?
- Arar el barbecho es romper la tierra no arada del corazón: esto implica desmenuzar, penetrar, dividir, separar, abrir, aquello que estaba cerrado.
- El corazón no arado no tiene fruto; es tierra que fue fructífera en el pasado, pero ahora, ya no lo es. Es tierra dura, cubierta de hierbas, cardos, espinas y necesita ser abierta para recibir el sol, la lluvia, el rocío de Dios
- Aramos para nosotros barbecho, porque es algo que nos conviene, porque queremos ser partícipes de las promesas del Señor y que brote en nosotros la Naturaleza de Cristo; por eso renovamos nuestra tierra. Comenzamos a morir a nosotros mismos y a provocamos que la hojarasca y todo lo que no nos permite producir, sea sacado del corazón
Tenemos que morir a nosotros…. y ese precisamente es el problema: que no hemos muerto a nosotros, porque morir duele; pero dice la Escritura: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan tiempos de refrigerio de la presencia del Señor…” (Hechos 3:19)
Si queremos tiempos de renuevo, de refrigerio….tiene que haber transformación, arrepentimiento; tienen que desatarse decisiones del corazón.
2. En este tiempo de renuevo tenemos que vaciarnos de nosotros mismos y evitar todo aquello que impida el fluir de Su Espíritu Santo.
Hay actitudes en nosotros que apagan el Fuego de Dios en nuestras vidas. En 1948, las Cataratas del Niágara se detuvieron por aproximadamente 30 horas, no porque estuviesen congeladas, (como en el 1910, 1911, 2010), sino por un bloque de hielo que obstruyó el Río Niágara en el desagüe del Lago Erie.
Y hay cosas en nuestra vida que detienen el fluir del Cielo… estamos tan llenos de nosotros mismos, tan llenos de nuestras malas actitudes, de pecados, de dudas, de temores, de bloques de hielo…. Y todo eso, tenemos que sacarlo, para dar lugar al Espíritu de Dios, para que se mueva, como quiere hacerlo. El aceite del Espíritu Santo cesa de fluir, tal y como pasó en el tiempo de Eliseo, cuando no hay más recipientes vacíos que puedan ser llenados. Pero cuando tenemos corazones anhelantes, corazones hambrientos, Dios los llenará y su obrar en nosotros no se detendrá jamás. (2Reyes 4:1-7)
Dios se muestra más y más a nosotros, a medida que nuestra carnalidad muere.
3. El tiempo de renuevo es tiempo de buscar a Jehová “porque es tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia. “ (Oseas 10:12)
También dice Oseas 6:3: “Conozcamos, pues, esforcémonos por conocer al SEÑOR. Su salida es tan cierta como la aurora, y El vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia de primavera que riega la tierra.”
Esto es deseo, anhelo por esconderse en Su lugar secreto -gustar Su presencia, conocer su corazón-….y no detener esa búsqueda, hasta que El venga, se muestre y nos enseñe; no detener esa búsqueda, hasta que derrame su lluvia, riegue nuestra tierra arada en el corazón.
Muchas personas aún sin conocer a Dios, sacrifican todo a fin de alcanzar un ideal, eso que representa la pasión de su vida; por ejemplo los atletas… se privan de muchas cosas, tienen una disciplina extrema, son capaces de todo, por esa pasión. De esta misma manera, nosotros en este tiempo, hacemos el compromiso con Dios de no detenernos hasta encontrarle; de buscarle sin cesar.
Filipenses 3:10-14 dice:
“10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad a su muerte; 11 si en alguna manera llegase a la resurrección de los muertos. 12 No que lo haya ya alcanzado, ni que ya sea perfecto, mas prosigo para ver si alcanzo aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, 14 prosigo al blanco, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
Con el fin de CONOCER A CRISTO…Conozcamos, pues, esforcémonos por conocer al SEÑOR….
MOTIVOS DE ORACIÓN EN ESTE TIEMPO DE RENUEVO:
1. Preparemos nuestros corazones y nuestras vidas porque El va a hacer cosas que no nos imaginamos, la cosecha será grande. No miremos a las circunstancias, comencemos a discernir la realidad de nuestro corazón , y que cosas hace falta que cambiemos.
2. Vaciémonos de nosotros mismos. Pidamos al Espíritu Santo que saque, extirpe, todo aquello que pueda ser estorbo al fluir de Él. Que nos despojemos de toda comodidad o de defensa de nuestros propios intereses y entreguémosle todo al Señor.
3. Hagamos pacto de buscar Su rostro. Seamos anhelantes de El; apasionados por conocerle, y el Poder de Su Gloria.
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