Dia 8 – Somos Luz y No Debemos Ocultarlo – #33dC21DiasDeAyunoYOracion
#33dC21DiasDeAyunoYOracion
Día 8
Lunes, 18 de enero del 2016
Por: Pastor Vanyo Esquilín
Somos Luz y no debemos ocultarlo.
Mateo 5: 10-16
Mat 5:13-16 RV1960
(13) Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
(14) Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
(15) Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.
(16) Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
En este tiempo, que estamos afirmando la renovación que opera en nosotros por el poder transformador de Jesús, es importante identificar cuáles son nuestras motivaciones y responsabilidades. Debemos estar conscientes de nuestro deber y de lo que nos motiva a servir a Cristo.
Nuestro DEBER, por ser lo que somos en Jesús, es atraer al mundo con nuestro testimonio. Debemos utilizar nuestras bendiciones para el bien de los demás, nuestro conocimiento, la santidad y el gozo que produce Su presencia para tocar con bien a los que están a nuestro alrededor.
Hacer lo contrario sería adoptar la actitud de los discípulos, que subieron con Jesús al Monte de la transfiguración, y que, luego de la revelación de su gloria, le sugirieron a Jesús no bajar al valle y hacer allí unas enramadas.
Nuestro motivo debe ser la revelación de Su gloria en lo que somos. ¿Para qué?
La respuesta está en Mateo 5:16:
- (V16-a) “para que vean las buenas obras, y no para exhibirnos a nosotros mismos”.
Esto se refiere a acciones que revelen la vida de Cristo. Aquellos que irradian Luz viven para que otros vean sus buenas obras y dar alabanza no a ellos mismos, sino al Padre Celestial, quien es el que inspira esa forma de vivir la vida. Esto debe hacerse bajo la influencia de la fe en Cristo- es un reto a nuestra confianza en Dios. Esas acciones tienen que estar impregnadas del amor a Dios, y con miras a exhibir Su gloria.
- (V16-b) Que glorifiquen a nuestro Padre que está en los cielos con todo lo que somos y tenemos.
¿Qué quiere decir glorificar a Dios con todo lo que somos y tenemos? Dice la historia que un viajero en Calais, un puerto de Francia,paso una noche oscura y tormentosa en el faro que se encuentra allí. Mientras permanecía de pie mirando, el guardián del Faro se jactó del brillo y belleza de su faro, señalando que había pocas luces como esta en el mundo.
El viajero preguntó, con ingenuidad, “¿Qué pasa si uno de estos responsables de mantener la luz encendida tuviera que salir esta noche? …. ¡Qué!“ dijo el guardián, “¿Salir? ¡Oh, señor!,” exclamó. “Mire ese mar oscuro y tormentoso. Usted no puede verlos, pero hay barcos que van y vienen para todos los puntos de la brújula. Si la luz falla por mi falta de atención, en seis meses las noticias llegarían de todas partes de la costa, sobre los buques y las tripulaciones que se perdieron por mi negligencia! No, no! Dios no permita que tal cosa ocurriera nunca. Me siento cada noche cuando miro la luz de mi faro como si todos los ojos de todos los marinos del mundo estuvieran mirando mis luces, y mirándome a mí!”
Si tal era su cuidado de las luces, y la conciencia de las consecuencias que traería la extinción de su luz, ¡Oh lo que debería ser la nuestra! Solo Dios sabe a cuantos alcanzaremos, mostrando el amor de Jesús a través de la luz que irradia nuestro corazón. Mantenga la luz brillante y evitemos que se extravíen en la obscuridad.
Una ciudad asentada sobre un monte, eminentemente conspicua (visible, notable); cumple su función como que”no se puede esconder”, y que no conviene tratar de esconder.
Nuestro llamado se encuentra en la posición elevada que ocupamos, asentados sobre la roca inconmovible de los siglos que es Cristo, para arrojar luz sobre el mundo entero. Esto va del micro al macro, de lo individual a lo colectivo, de lo personal a lo comunitario.
Les recuerdo que:
Para poder ser luz o sal afuera, tengo que alumbrar primero adentro.
Para poder ir hasta lo último de la tierra hay que alumbrar primero en nuestra Jerusalén
Hoy oramos:
- Pidiendo a Dios que abra nuestro entendimiento para que mantengamos la llama ardiendo y alumbremos a todos los que nos rodean.
- Oramos también por revelación para que entendamos cual es el propósito de nuestras bendiciones. Que no hagamos una “enramada” de ellas, y que podamos llenar de bien a todos cuanto podamos.
- Rogamos a Dios pidiendo que cada uno de nosotros no olvide la importancia de ser luz. Que cada vez que llegue el desanimo recordemos que somos faros en medio de la noche obscura, buscando alcanzar a los corazones que a la deriva, dentro de la obscuridad, siguen perdidos y sin salvación.
- Oramos por renuevo en el corazón, pidiendo que el corazón de Cristo se forme en nosotros. Que así podamos entregarnos a la tarea de amar y restaurar del mismo modo que El nos ama y restaura.
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